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ACADEMIA DE VIRTUDES, ARTES, CIENCIAS Y OFICIOS

​Omnes autem scientiae et artes ordinantur in unum, scilicet ad hominis perfectionem, quae est eius beatitudo

Todas las artes y todas las ciencias se ordenan a una sola cosa, a saber, la perfección del hombre que es su bienaventuranza.

– Santo Tomás de Aquino.

“El estudio ilumina la realidad. Preserva de los errores en los que suelen caer los que desconocen. El estudio es necesario para proteger al alma de pensamientos lascivos, mortifica la carne por el esfuerzo físico que exige, hace prevalecer el amor a la sabiduría sobre los bienes terrenales.” 

– Santo Tomás de Aquino.

Fundación

ACADEMIA DE INGLES CLASSROOM727 PONGUILLO DÍAZ S.A., fue constituida en la ciudad de Guayaquil - Ecuador, mediante escritura pública el 03 de Octubre de 2014 y es inscrita el 15 de Octubre del mismo año, en el Cantón Guayaquil. Su objeto social es prestar servicios y dedicarse a la enseñanza, instrucción y capacitación de la lengua extranjera.

CLASSROOM 727  es una empresa privada, aprobada por la Superintendencia de Compañías de Samborondón, que presta servicios de enseñanza, instrucción y capacitación de la lengua inglesa con la misión de desarrollar en nuestros estudiantes la habilidad de dominar el idioma inglés a un nivel mundialmente competente para que amplíen su campo de interacción profesional, social y cultural. La Academia ofrece un entorno estructurado, tradicional, social y académico en el que los estudiantes persiguen el conocimiento y la verdad dentro de un currículo desafiante y equilibrado. Nuestra visión es que cada uno de nuestros estudiantes pueda comunicarse en inglés tan naturalmente como lo hace en español. 

La Academia Classroom 727 existe porque nos tomamos a pecho el mandato de nuestro Señor Jesucristo de ser sal y luz en el mundo y así mismo - en doctrina de Santo Tomás de Aquino - para dar cumplimiento al fin del arte y de la educación el cual va implícito al fin último del hombre, a saber: Omnes autem scientiae et artes ordinantur in unum, scilicet ad hominis perfectionem, quae est eius beatitude - Todas las artes y todas las ciencias se ordenan a una sola cosa, a saber, la perfección del hombre que es su bienaventuranza. Realizamos nuestra labor forjándonos en siete VIRTUDES FUNDAMENTALES:

FIDES – FE Virtud teologal infundida por Dios en el entendimiento, por la cual asentimos firmemente a las verdades divinamente reveladas por la autoridad o testimonio del mismo Dios que revela. La persona creyente acepta firmemente lo que Dios ha revelado y la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana propone como verdad que hay que creer.

 

SPES – ESPERANZA Virtud teologal infundida por Dios en la voluntad por la cual confiamos con plena certeza alcanzar la vida eterna y los medios necesarios para llegar a ella apoyados en el auxilio omnipotente de Dios. La persona que posee esperanza anhela y desea la vida eterna, poniendo su confianza en las promesas de Cristo y apoyándose no en sus propias fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo.

CARITAS – CARIDAD Virtud teologal infundida por Dios en la voluntad por la que amamos a Dios por Sí mismo sobre todas las cosas y a nosotros y al prójimo por Dios.

PRUDENTIA – PRUDENCIA Una virtud especial infundida por Dios en el entendimiento práctico para el recto gobierno de nuestras acciones particulares en orden al fin sobrenatural. La persona prudente conoce la realidad y obra según ella refiriendo al último fin todas sus acciones, recordando el principio y fundamento que pone San Ignacio al frente de los Ejercicios: “El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue que el hombre tanto ha de usar de ellas, cuanto le ayuden para su fin, y tanto debe quitarse de ellas cuanto para ello le impiden”.

IUSTITIA – JUSTICIA Hábito sobrenatural que inclina constante y perpetua a la voluntad a dar a cada uno lo que le pertenece estrictamente. Tres son las notas típicas o condiciones de la justicia propiamente dicha: alteridad (se refiere siempre a otra persona), derecho estricto (no es un regalo, sino algo debido) y adecuación exacta (ni más ni menos de lo debido). En toda justicia, ya sea general, ya particular, se requieren dos cosas para que alguien pueda ser llamado justo en toda la extensión de la palabra: apartarse del mal (no cualquiera, sino el nocivo al prójimo o a la sociedad) y hacer el bien (no cualquiera, sino el debido a otro).

 

FORTITUDINE – FORTALEZA Virtud cardinal infundida con la gracia santificante que enardece el apetito irascible y la voluntad para que no desistan de conseguir el bien arduo o difícil ni siquiera por el máximo peligro de la vida corporal. La persona fuerte persevera en buscar el bien y evitar el mal, por encima de lo agradable o lo desagradable.

TEMPERANTIA – TEMPLANZA Virtud sobrenatural que modera la inclinación a los placeres sensibles, especialmente del tacto y del gusto, conteniéndola dentro de los límites de la razón iluminada por la fe. Por medio de la templanza, uno integra sus deseos con la razón, para que la razón no sea esclavizada por la pasión y se convierta en su sirviente ingenioso. La persona templada posee dominio de sí misma, frente a lo agradable o lo desagradable.

 

La Academia Classroom 727 se compromete a cumplir seriamente estas obligaciones:

  • Que el conocimiento humano busque, encuentre y ame la Verdad en todos los campos de la vida. Desarrollar en nuestros estudiantes la capacidad de colocarse en un plano desde el que vea y juzguen todas las cosas de acuerdo a la verdad para que puedan pensar correctamente, juzgar y amar correctamente y este conocimiento sea atesorado, preservado, ampliado y difundido.

  • Que se nutran y fortalezcan a través de la instrucción en lo bueno, bello y verdadero y perfilándolos en ser morales, inteligentes e  informados.

 

  • Dar a los estudiantes un fundamento sólido que estará con ellos por el resto de su vida, guiados y ayudados por profesores eruditos y dedicados para que cada uno pueda crecer según sus propios talentos.

 

  • Desarrollar en el estudiante la capacidad de encontrar hechos, procesar esos hechos, conocer el significado de esos hechos y cómo encajan en el todo.

 

  • Que se fomente la estudiosidad, la insistencia en altos estándares de pensamiento, estudio, comunicación y las habilidades que deben caracterizar a la persona educada.

 

  • Que nuestros graduados sean hombres y mujeres con una educación amplia y fundamental, conseguir una excelencia para poder servir a la patria y enriquecerla marcando la diferencia en nuestro mundo a través de su investigación, erudición, creatividad, invención, juicio prudente y buen ejemplo de virtud.

 

  • Que la academia desempeñe un papel de liderazgo, especialmente en aquellos campos de conocimiento relacionados con su patrimonio único.

 

  • Un entorno estructurado, tradicional, social y académico en el que los estudiantes persigan el conocimiento y la verdad dentro de un currículo desafiante y equilibrado.

El Arte y el Fin de la Educación

La formación intelectual es un arte que se realiza por descubrimiento, enseñanza, repetición, e interiorización. Todas las horas que se invierten en estudio, aprendizaje y enseñanza se hacen tangibles.

 

Hay artes que se ordenan a la producción de artefactos internos, es decir, los artefactos que radican en el propio entendimiento y a su vez estas artes tienen su clasificación de acuerdo a varios puntos de vista. El primero es el que atiende a las facultades que se ponen en juego y así las artes de mente factura utilizan sólo la mente, es decir, la razón, convenientemente ayudada de sentidos internos. El segundo punto de vista es el que atiende a la materia y así, en este campo nos enfocamos en las artes liberales, las cuales no se valen de materia alguna (están libres de la servidumbre de la materia), sino que se construyen en artefactos con nociones, ideas, enunciados, es decir, con elementos puramente mentales. Finalmente, el tercer punto de vista es el que atiende al fin y el nuestro se enfoca en la comunicación, llamada artes bellas, o sea, que tiene como finalidad el comunicar algo que poseemos.

 

El fin de las artes no es, de inmediato, el fin último de la vida humana, aunque, en último término pueda y deba reconducirse a él. Las artes tienen un fin inmanente que se cumple con la perfección o acabamiento pleno de la obra hecha, del artefacto producido. Este fin inmanente se identifica con la forma o causa formal de cada arte. Así, el arte de hablar inglés tiene como finalidad el hablarlo bien y en esto consiste también su forma y esencia y así con todas las artes y todas las técnicas. Pero además de este fin inmanente, las artes tienen un fin trascendente en cuanto son reductibles al bien humano y pueden (y deben) subordinarse al fin último del hombre. Las artes se rigen de manera inmediata y propia por el valor de la eficacia, no por el de la rectitud, pero en último término se subordinan al valor de la rectitud. Un arte es eficaz, es decir, es plenamente arte, cuando es capaz de aplicar los medios más idóneos, más sencillos, más rápidos, más eficaces en suma, para lograr la perfecta producción del artefacto de que se trate: una buena casa, un buen automóvil, un buen dominio del idioma inglés, etc. Pero el arte está en último término ordenado al bien del hombre, y así, su fin inmanente debe someterse a su fin trascendente, su eficacia debe subordinarse a su rectitud, y esto sin que deje de cumplirse el fin inmanente, sin que la rectitud deteriore o disminuya la eficacia. El fin del arte y de la educación va implícito al fin último del hombre. A saber:

 

A.M.G.D

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